¡Hola! Soy Susana Martínez
Desde pequeña he tenido ese espíritu empático por aquellos que son lastimados, que se sienten tristes, rechazados, solitos. Me acercaba a ellos y trataba de invitarlos a jugar o integrarse al grupo y de algún modo sacarles una sonrisa, que pudieran sentirse acompañados y valorados.
En la secundaria despertó en mí esa fascinación por la ciencia, me encantaba la biología y la química; lo sorprendente de la naturaleza, el desarrollo humano y animal. Recuerdo una vez, mi profesora de Biología, nos había mandado a incubar un huevo y durante muchos días estuvimos a su cuidado, cuando ya se había cumplido el tiempo respectivo lo llevamos al colegio. Muchos de los huevos no se desarrollaron, ¡Excepto uno! El cascarón tenía una mínima grieta, y con cuidado la profesora intentó despegar la cascara, cuando de pronto… se escuchó es sonido -¡pío, pío! Todos quedamos paralizados. Recuerdo que puse mi mano sobre la de ella y le dije: – Por favor! ¡Le suplico que no lo haga, porque puede morir! ¡Entenderemos mejor al pollito cuando salga de su cascarón!
Ella nos miró tiernamente y dijo: – Abríguenlo, ¡manténganlo caliento que cuando esté listo él saldrá solito!
¿Y que creen?, Un mes después mi compañera trajo al pollito.
Desde ese momento comencé a amar y comprender la increíble y fascinante travesía de la vida. Entendí que todo tiene su proceso, su tiempo y no podemos forzar las cosas.
Durante mi carrera profesional, la investigación científica ha sido crucial para comprender el funcionamiento de las células y del cuerpo humano, y la relación con su entorno. Cómo se comporta este cuando algo externo lo altera. Cómo influye el ambiente, las personas, la sociedad y hasta lo que nosotros mismos pensamos. La importancia de educar para la vida y por la vida.
Pero no fue hasta el confinamiento de la pandemia cuando encerrada en una pequeña habitación recibí una noticia que entristeció mi corazón. ¿Cómo no nos dimos cuenta antes? ¿Por qué sucedió eso? ¿Qué podemos hacer ahora?
“Susana, aquí hay mucho que hacer” Me dije cuando uno de los seres más queridos de mi vida había sufrido un shock cerebral a causa del estrés crónico.
¿Cómo manejar esa situación estando tan lejos de mi familia? ¿Cómo controlar mi mente para no colapsar también o caer aún más en depresión? ¿Cómo controlar mis emociones y poder cuidar adecuadamente a mi bebé que me acompañaba durante ese confinamiento?
Fue allí que todo ese conocimiento fue siendo sustancioso en la práctica diaria y que me ayudó a sobrellevar la crisis en tiempos de angustia y ayudar a través de la distancia a esas personas que tanto amaba. Hoy comparto contigo esta travesía bloguera llena de experiencias profesionales, personales, noticias de actualidad científica, estrategias, recursos y un maravilloso equipo profesional que te ayudarán a salir adelante y recuperar tu bienestar mental y emocional. ¡Porque desde lo más profundo de mi corazón, deseo que estes bien!
Hasta pronto,
Lic. Susana Martínez
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